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El impacto legal de los dark patterns en e-commerce: manipulación y defensa del consumidor en Argentina

defensa del consumidor

 

El diseño de las plataformas digitales ha adquirido un rol central en la forma en que las personas toman decisiones de consumo. Las técnicas de diseño no son neutrales: moldean la experiencia del usuario, facilitan o dificultan acciones, y pueden llegar a influir deliberadamente en su voluntad para favorecer intereses comerciales. En este marco surgen los denominados dark patterns o patrones oscuros, estrategias deliberadas de diseño orientadas a manipular, confundir o desgastar al usuario para obtener su consentimiento, dificultar su baja de servicios o inducirlo a realizar compras no deseadas.

En los últimos años, la defensa del consumidor en Argentina ha comenzado a poner el foco en estas prácticas. Aunque muchas de ellas nacieron en entornos internacionales, su expansión en Argentina a través del comercio electrónico y las plataformas digitales ha obligado a considerar su encuadre legal y los riesgos que implican para las empresas.

Qué son los dark patterns y cómo afectan a los consumidores

Los dark patterns son técnicas de diseño orientadas a obtener una ventaja comercial mediante la manipulación de la conducta del usuario. A través de la fatiga, la confusión o la omisión de información relevante, estas prácticas afectan la autonomía del consumidor y lo inducen a decisiones que quizás no tomaría si contara con información completa y transparente.

En la práctica, suelen expresarse de múltiples maneras: procesos de baja excesivamente complejos, costos ocultos hasta las últimas etapas de compra, temporizadores que inducen a la urgencia ficticia, opciones de aceptación de suscripciones diseñadas para inducir al error, entre otros.

Este tipo de estrategias vulnera derechos básicos reconocidos en la normativa argentina en materia de defensa del consumidor, especialmente el derecho a recibir información cierta, clara, detallada y accesible para poder tomar decisiones libres e informadas.

El marco legal argentino: defensa del consumidor y transparencia en entornos digitales

En Argentina, la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor en Argentina establece principios rectores que resultan plenamente aplicables a los entornos digitales. El deber de informar en forma clara y detallada, el respeto por la voluntad del consumidor y la prohibición de prácticas abusivas o engañosas son algunos de los pilares que se ven comprometidos por los dark patterns.

El Código Civil y Comercial refuerza esta protección al consagrar la buena fe como principio rector de las relaciones contractuales, y exigir transparencia y equilibrio en los vínculos de consumo. Además, regula aspectos vinculados al consentimiento, que resultan directamente afectados por las técnicas que buscan obtenerlo mediante confusión o desgaste.

En materia específica de comercio electrónico, las disposiciones de la Secretaría de Industria y Comercio establecen obligaciones claras respecto a la información que debe brindarse al consumidor, los derechos de revocación y las pautas para una oferta clara, visible y accesible. Esto incluye las condiciones económicas, plazos, restricciones y cualquier elemento relevante para la decisión de compra.

A su vez, la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales protege el consentimiento informado, especialmente relevante en prácticas donde el usuario es inducido a aceptar el tratamiento de datos bajo condiciones poco claras o mediante flujos confusos.

Aunque en Argentina todavía no existe una regulación específica sobre dark patterns, las normas vigentes permiten encuadrar estas prácticas dentro de violaciones a los principios de información, consentimiento, trato digno y equilibrio contractual, lo que habilita tanto la acción administrativa como judicial para su reparación.

Riesgos legales y posibles consecuencias para las empresas

Las empresas que implementan o toleran dark patterns en sus plataformas se exponen a diversos riesgos legales. Estos incluyen sanciones administrativas por parte de la Secretaría de Comercio Interior, nulidad de cláusulas contractuales, reclamos por daños y perjuicios e incluso acciones colectivas por parte de asociaciones de consumidores.

En términos reputacionales, la utilización de prácticas manipulativas afecta la confianza del usuario y puede generar efectos adversos que trascienden lo estrictamente legal. Los consumidores esperan transparencia, claridad y respeto por sus derechos, y las plataformas que no cumplen con estos estándares pueden ver comprometida su imagen pública.

Desde la óptica jurídica, los dark patterns pueden configurar incumplimientos concretos a la normativa de defensa del consumidor, prácticas comerciales desleales, publicidad engañosa y violaciones al derecho a la autodeterminación informativa.

Cómo prevenir riesgos legales: buenas prácticas

La prevención requiere mucho más que evitar cláusulas abusivas. Implica revisar integralmente los procesos de compra, navegación y cancelación en las plataformas digitales para asegurar que el diseño favorezca decisiones libres e informadas.

Entre las medidas recomendables, cabe destacar:

  • Auditar los flujos de usuario para eliminar obstáculos innecesarios o manipulativos.

  • Garantizar la visibilidad y accesibilidad de las condiciones económicas y contractuales.

  • Facilitar la revocación del consentimiento y la baja de servicios mediante mecanismos simples y claros.

  • Capacitar a los equipos de marketing, producto y diseño en las obligaciones legales derivadas de la defensa del consumidor.

  • Incorporar principios de legal design para asegurar que la experiencia de usuario respete los estándares legales desde su concepción.

El diseño transparente no es solo una práctica ética; es una herramienta de compliance que contribuye a reducir contingencias, fortalecer la confianza del consumidor y alinear las estrategias comerciales con la normativa vigente.

El impacto legal de los dark patterns en e-commerce debe analizarse a la luz de la normativa de defensa del consumidor en Argentina, que exige transparencia, información clara y respeto por la autonomía de la voluntad. Estas prácticas, lejos de ser meras estrategias comerciales agresivas, configuran incumplimientos que pueden derivar en sanciones y reclamos.

En un contexto donde los usuarios son cada vez más conscientes de sus derechos y las autoridades refuerzan los estándares de protección, construir experiencias digitales limpias y accesibles es una obligación legal y una oportunidad para diferenciarse.

Desde Estudio Lexar asesoramos a empresas tecnológicas, plataformas de e-commerce y fintechs en el diseño y revisión de sus procesos digitales para garantizar su compatibilidad con la legislación vigente en materia de defensa del consumidor y protección de datos, minimizando riesgos y fortaleciendo la relación con sus usuarios.

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